Investigadores de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) han demostrado que las hormonas sexuales se acumulan en la piel de los tiburones, un hallazgo que abre una nueva vía para la evaluación de su estado reproductivo mediante la biopsia de una muestra que se les puede tomar a distancia en el propio medio. En el estudio apuestan por profundizar en el uso del nuevo método, al ser menos invasivo que otros que requieren una mayor manipulación o la captura de los animales.
El estudio lo han llevado a cabo
Annaïs Carbajal y
Manel López Béjar, investigadores del Departamento de Sanidad y Anatomía Animal de la UAB y se ha publicado en la revista
Animals.
Los investigadores
han desarrollado la técnica de extracción y de análisis hormonal de las muestras de la piel a partir de una técnica de inmunoensayo enzimático que ya se comercializa. Han podido
determinar los niveles de las hormonas sexuales (progesterona, estradiol y testosterona)
en diferentes estadios de madurez y fases del ciclo reproductivo de ejemplares machos y hembras de la especie de tiburón denominada pintarroja (
Scyliorhinus canicula).
Actualmente,
más de un tercio de las especies de peces cartilaginosos o condrictios, como los tiburones o las rayas, están amenazadas según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), por lo que
recopilar datos sobre su biología, comportamiento e historia vital es
relevante para su conservación y gestión. Los análisis tradicionales de muestras de plasma proporcionan información esencial sobre las actividades reproductivas de los condrictios, pero su obtención, así como otros métodos no letales, como la endoscopia y la ecografía, implican una manipulación considerable de los animales.
«La biopsia de la piel es
una técnica muy prometedora como método alternativo para obtener datos biológicos reproductivos fiables en tiburones en libertad», señala
Manel López Béjar. «Además, está en línea con el énfasis creciente en el cumplimiento de
principios más éticos en la investigación de fauna salvaje, que abogan por técnicas de muestreo no destructivas o mínimamente invasivas con recogida a distancia», añade el investigador.
La biopsia de la piel
se puede obtener en el propio medio de los animales con la ayuda de una pértiga unida a una punta de muestreo remota que puede penetrar en la gruesa piel de los tiburones. Esta técnica se está utilizando ya para obtener datos genéticos sobre la dieta o el impacto de la contaminación.
«Ahora
habrá que profundizar en la obtención de datos más detallados, como por ejemplo para mejorar el conocimiento de los patrones temporales de reproducción de los tiburones o de los efectos de la contaminación en la salud reproductiva.
Y validar la herramienta también entre diferentes especies de condrictios, dada la diversidad de estrategias de crianza y nutrición materno-fetal que tienen, que dificultan las generalizaciones sobre la regulación hormonal de su reproducción», añade
Annaïs Carbajal.
El método propuesto
podría beneficiar también otros aspectos de investigación, como
el impacto del estrés en la reproducción de los condrictios y los mecanismos subyacentes, que continúan sin estar claros.
«Un mejor conocimiento de la información reproductiva proporcionará información valiosa sobre la demografía y la viabilidad de las poblaciones, que son esenciales para formular estrategias eficaces de conservación y gestión con base científica», concluyen los investigadores.
La investigación se ha llevado a cabo en los laboratorios de la Facultad de Veterinaria de la UAB con muestras obtenidas de capturas comerciales. En el estudio han participado también investigadoras de la Asociación Aletea, la Fundación Oceanográfico de la Comunidad Valenciana y la Universidad Cardenal Herrera-CEU.