Uno de cada dos menores ha sufrido algún tipo de violencia física, sexual o psicológica durante el último año, según
datos de la Organización Mundial de la Salud. Sus efectos perduran a lo largo de toda la vida, y las escuelas son espacios clave para ofrecer protección, prevenir la violencia, detectar posibles casos y actuar. Sin embargo, se estima que
el 90 % de los casos no se denuncian a ninguna autoridad ni servicio oficial, de forma que quedan silenciados y sin atención.
Estos datos son fruto de una
investigación llevada a cabo por la
Fundación FC Barcelona y la Universitat Oberta de Catalunya (
UOC), y permite poner de manifiesto una realidad que muy a menudo pasa desapercibida. El estudio se ha realizado sobre
971 menores de
3.º a 6.º de primaria, valorando el impacto en su
bienestar psicológico, familiar y escolar, así como sus conocimientos sobre los derechos de la infancia y la adolescencia.
En el Estado español, la
Ley Orgánica de Protección Integral de la Infancia y la Adolescencia contra la Violencia (
LOPIVI) subraya el papel protector que deben tener los centros educativos. En este contexto se enmarca
#EscuelaSinViolencias, el primer programa basado en la evidencia que aborda de manera integral la violencia contra la infancia desde los centros de educación infantil y primaria en España como agente protector, con
el deporte como eje vertebrador.
El programa ha sido diseñado, dirigido y evaluado por el grupo de investigación en Victimología empírica y aplicada (
VICRIM) de la UOC y por la
Fundación Barça.
El
programa piloto durante dos años sirvió para que el alumnado aprendiera a detectar y actuar ante casos de violencia, y dotó al profesorado de recursos para hacer frente a ello.
"Ahora conocen mejor sus derechos. Una tutora de 4.º, por ejemplo, nos decía que ahora los niños sabían qué significa vulnerar un derecho y pedir ayuda", afirma
Irene Montiel, miembro de VICRIM, grupo adscrito a la unidad de investigación sobre
Management y Gobernanza, e investigadora principal del proyecto.
La investigadora pone como ejemplo que, después de trabajar las unidades didácticas del programa, los menores de edad tomaron conciencia de que pueden denunciar una situación de violencia por sí mismos. También "que
los secretos no siempre se tienen que guardar y que a veces está bien decir que no a una persona adulta cuando te pide algo que no está bien", añade Montiel, que es profesora del
grado de Criminología y del
máster de Ciberdelincuencia, de los
Estudios de Derecho y Ciencia Política de la UOC, donde también coordina una
microcredencial sobre protección de la infancia y la adolescencia ante la violencia.
Situaciones de violencia destapadas
#EscuelaSinViolencias también se dirige al
personal escolar, y, en este sentido, la investigación, publicada en la
Revista de Psicodidáctica, evaluó a 110 docentes antes y después de hacer la formación y aplicar el programa. Los resultados muestran que mejoraron sus conocimientos sobre la violencia contra la infancia y su preparación para detectar y gestionar revelaciones, y comunicar posibles casos.
"La medida del efecto observado es más elevada que la que se ha encontrado en otros programas evaluados, y se mantiene en el tiempo. Esta realidad indica que el impacto es considerable y duradero", subraya la investigadora.
Si el profesorado se siente más preparado, el alumnado lo percibirá como más accesible, lo cual aumenta la probabilidad de que pidan ayuda cuando la necesiten y revelen situaciones de violencia que antes estaban ocultas. De hecho,
el programa ha mejorado la percepción de seguridad y protección que tienen los niños y los jóvenes en la escuela. "Por ejemplo, se destapó el caso de un niño que fue capaz de decirle a su padre: 'En la escuela me han enseñado que tengo derecho a que no me peguen, así que se lo voy a contar a mi tutora'", explica la experta.
Uno de los datos más relevantes de la investigación —en que también han participado
Ana M. Greco,
Patricia Hernández-Hidalgo,
Marc Balcells y
Antonia Linde-García— es que, después de participar en el programa, el personal escolar percibe menos seguro y protector el entorno familiar y escolar. "Una posible explicación es que han aprendido a
identificar más señales de riesgo y a detectar violencias más sutiles y normalizadas, y se han vuelto
más exigentes con el entorno", considera la investigadora.
Otra posibilidad es que, gracias a las sesiones con el alumnado y a su mejor preparación y disponibilidad, surgieran revelaciones desconocidas por parte de los menores de edad, lo cual podría haber cambiado la percepción del personal escolar sobre el entorno del alumnado.
Dirigido a educación infantil y primaria, con el deporte como eje
La versión inicial del programa contenía 14 unidades didácticas para los cursos de 3.º a 6.º de primaria. Actualmente, el programa completo empieza en educación infantil y se compone de 32 unidades, trece de las cuales se hacen en un contexto de actividad física y deportiva. Se abordan, por ejemplo, los derechos de la infancia, como expresar emociones, identificar situaciones de riesgo y personas de confianza.
En los últimos cursos, además, se incluyen los
derechos digitales y la prevención de ciberviolencias –acoso en línea, ciberacoso escolar y ciberviolencia de pareja– y
riesgos digitales, como el uso problemático de las redes sociales. "Esto es muy importante, puesto que está relacionado con el anteproyecto de ley de protección de los menores en entornos digitales que actualmente se encuentra en trámite parlamentario", apunta la investigadora.
La idea es aprovechar la ventaja de
la actividad deportiva como una forma de desarrollar dinámicas que fomenten relaciones saludables y positivas, el respeto por el cuerpo y el espacio personal propio y ajeno, la colaboración y el cuidado colectivo, así como la
identificación de situaciones potencialmente abusivas y las reacciones y las intervenciones ante estas.
En los últimos dos cursos, ya han participado
166 centros,
3.713 docentes y más de
40.000 niños de educación infantil y primaria de Cataluña. El programa –que la
Fundación Barça pone a disposición de los centros de manera gratuita– contribuye eficazmente a la construcción
de entornos escolares seguros y protectores, y está en plena sintonía con el marco normativo actual, con la LOPIVI y con los derechos de la infancia. "También se podría
adaptar en otros países o contextos culturales, a pesar de que esto requeriría una nueva financiación", añade la investigadora.
Montiel avanza que el siguiente paso de la investigación será analizar más resultados "muy prometedores". "Por ejemplo, el programa parece incidir de manera importante en las revelaciones por parte del alumnado y en el aumento de las notificaciones a agencias oficiales", destaca.
Gracias al estudio, han comprobado que se han destapado situaciones de violencia y se han activado más protocolos que en cursos anteriores, "lo cual es una muy buena noticia, porque evidencia que se está ejerciendo una protección real", concluye.
Para la directora general de la Fundación Barça, Marta Segú, "este programa permite a los docentes disponer de herramientas y recursos efectivos para detectar precozmente situaciones de riesgo que antes quizás se normalizaban. El programa permite 'entrenar la mirada' de los adultos ante posibles situaciones de violencia contra la infancia. Así mismo, muchos niños han aprendido a identificar situaciones de violencia, ya sea por parte de un compañero, en casa o en otro ámbito, y que el silencio no tiene que ser una opción".
La Fundación FC Barcelona aborda todas las formas de violencia a través del
programa Escuela Sin Violencias. Este compromiso se materializó también con la presentación en junio de 2022 del
Sistema de Protección a la Infancia del FC Barcelona y de la Fundación, una iniciativa pionera en el Estado español y en el contexto internacional, que da cobertura de manera directa o indirecta a cerca de 200.000 niños y jóvenes de diferentes ámbitos de actuación del club –Masía, Barça Academy y deportes amateurs– y de la Fundación. Este sistema comprende la nueva política de protección, el protocolo de actuación y otras acciones de prevención, seguimiento y gestión ante cualquier tipo de violencia: física y verbal, abuso sexual, negligencia y acoso escolar, con el objetivo de promover un espacio de tolerancia cero y promover espacios seguros y de protección.
La Fundación tiene abiertas sus
inscripciones gratuitas a este programa para las escuelas de primaria de Cataluña.
Participación en un estudio sobre la protección de la infancia en centros educativos
El equipo investigador de la UOC, con el apoyo de la Associació de Mestres Rosa Sensat, está desarrollando una investigación sobre cómo se gestionan los casos de violencia infantil en los colegios catalanes.
Los responsables del proyecto buscan profesorado, personal de orientación y de educación, así como otros
perfiles del ámbito educativo que quieran compartir su experiencia con una
encuesta en línea —de entre 15 y 20 minutos de duración— y, opcionalmente, con una entrevista individual.
El equipo de investigación estima que esta participación contribuirá a mejorar los protocolos, el acompañamiento y el apoyo a los profesionales, así como la protección de la infancia.
Esta investigación se enmarca en las misiones de investigación de la UOC: Educación a lo largo de la vida, Cultura para una sociedad crítica y Salud digital y bienestar planetario. Además, este trabajo favorece los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) siguientes: el 3, sobre salud y bienestar; el 4, sobre educación de calidad, y el 16, sobre paz, justicia e instituciones sólidas.
La investigación de la UOC
La UOC investiga, con una marcada especialización en el ámbito digital, para incidir en la construcción de la sociedad del futuro y contribuir a las transformaciones necesarias para hacer frente a los desafíos globales.
Los más de 500 investigadores e investigadoras y más de 50 grupos de investigación se articulan en torno a cinco unidades de investigación para abordar cinco misiones: Cultura para una sociedad crítica, Educación a lo largo de la vida, Salud digital y bienestar planetario, Tecnología ética y humana y Transición digital y sostenibilidad.
Además, la universidad impulsa la transferencia de conocimiento y el emprendimiento de la comunidad UOC con la plataforma Hubbik.
Los objetivos de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible de las Naciones Unidas y el conocimiento abierto son ejes estratégicos de la docencia, la investigación y la transferencia de conocimiento de la UOC. Más información: research.uoc.edu.