Publicado recientemente en la revista iScience, el estudio en el que participaron más de un centenar de personas utilizó la denominada “ilusión de los pasos” (Footsteps Illusion), descubierta por el equipo de Ana Tajadura, un experimento en el que se modifican en tiempo real los sonidos de las pisadas de una persona para simular que provienen de un cuerpo más ligero o más pesado. Estos cambios auditivos alteran la percepción del peso corporal y generan variaciones conductuales, emocionales y fisiológicas, lo que demuestra la maleabilidad de la imagen corporal en respuesta a estímulos sensoriales y sus efectos.
A los participantes se les pidió que caminaran mientras escuchaban tres tipos de sonidos de pisadas: uno sin modificación, otro con pisadas que sonaban como si fueran producidas por un cuerpo más ligero y uno con pisadas que sonaban como si fueran producidas por un cuerpo más pesado. Además, los participantes respondieron a cuestionarios sobre su imagen corporal, posibles síntomas de trastornos alimentarios y la amplitud de sus redes de apoyo social.
Los resultados de dicho experimento mostraron que las personas que contaban con redes sociales más amplias y diversas, en general, se vieron menos influenciados por la ilusión sonora y tendían a sentirse más satisfechas con su imagen corporal y a presentar menos síntomas de trastornos alimentarios. Por el contrario, los efectos modificados de los pasos eran más intensos en las personas con redes sociales más pequeñas, concluyendo que la percepción del cuerpo y su maleabilidad no solo dependen de estímulos sensoriales inmediatos, sino que también están influidos por la estructura social en la que la persona está integrada.
“Las implicaciones de nuestro estudio son que tu círculo de amigos condiciona cómo percibes tu propio cuerpo. Si tienes un círculo de amigos más amplio, percibes tu cuerpo de una manera más positiva”, comenta Anxo Sánchez, investigador del Departamento de Matemáticas de la UC3M. “La gente pensaría que la autopercepción depende de uno mismo, pero en realidad depende del número de personas que te apoyan y que te rodean”, aclara otro de los autores del estudio, Amar D’Adamo, investigador del Departamento de Informática de la UC3M y otro de los autores del estudio.
Según los investigadores, estos hallazgos evidencian que contar con un apoyo social amplio y diverso refuerza la estabilidad de la autopercepción corporal y protege frente a la influencia de señales externas que podrían distorsionarla. Este descubrimiento, a su vez, abre la puerta a nuevas intervenciones sociales que sirvan para fomentar una imagen corporal más positiva y mitigar los efectos del estigma asociado al peso.
Además, el equipo plantea la utilidad de las aplicaciones móviles para ayudar a las personas que puedan padecer trastornos asociados a una autopercepción negativa de su propio cuerpo: “En el i_mBODY Lab desarrollamos tecnologías sensoriales que nos permiten cambiar la percepción del cuerpo. También estamos muy centrados en las aplicaciones ya que queremos entender cómo a través de estas tecnologías podemos apoyar a las personas”, explica Ana Tajadura, investigadora responsable del i_mBODY Lab, profesora del Departamento de Informática de la UC3M y becada ERC.
Este trabajo de investigación ha contado con apoyo del Consejo Europeo de Investigación (ERC grant agreement Nº 101002711; proyecto BODYinTRANSIT), así como con la ayuda de la Fundación BBVA a través de su programa Fundamentos y del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades a través de los proyectos BASIC (PID2022-141802NB-I00) y SENSEBEAT-DS (PID2023-150259OB-C21). A su vez, el proyecto ha contado con la financiación de la Universidad Carlos III de Madrid y de la Unión Europea (Horizon 2020 research and innovation programme -Marie Sklodowska-Curie grant Agreement Nº 801538).
Vídeo: https://youtu.be/9qsUCxPGbaE